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Uvas y Ajos. Dos historias de éxodo rural

Las Uvas de la Ira (Jonh Steinbeck, 1939) y Baladas del Ajo (Yan Mo, 1988), son dos novelas escritas desde dos rincones opuestos del planeta (EEUU y China) y con un lapso de 50 años entre ellas que, sin embargo, nos cuentan una historia similar, la de un éxodo rural forzado por un ente ubicuo (el gobierno, el banco...) contra el que no pueden luchar. Un "ente" al que el campesino expropiado no podría pegarle un balazo, pues no tiene presencia física, es un "monstruo".


"No somos nosotros, es el banco. Un banco no es como un hombre, el propietario de cincuenta mil acres tampoco es como un hombre: es el monstruo. Sí, claro, gritaban los arrendatarios, pero es nuestra tierra. Nosotros la medimos y la dividimos. Nacimos en ella, nos mataron aquí, morimos aquí. Aunque no sea buena sigue siendo nuestra. Esto es lo que la hace nuestra: nacer, trabajar, morir en ella. Esto es lo que da la propiedad, no un papel con números. Lo sentimos. No somos nosotros, es el monstruo. El banco no es como un hombre. Sí, pero el banco no está hecho más que de hombres. No, estás equivocado, estás muy equivocado. El banco es algo más que hombres. Fíjate que todos los hombres del banco detestan lo que el banco hace, pero aún así el banco lo hace. El banco es algo más que hombres, créeme. Es el monstruo. Los hombres lo crearon, pero no lo pueden controlar." (Las Uvas de la Ira, Steinbeck)



Imagen de zona suburbana de Datong (China)



Cientos de miles de campesinos durante estas historias (y millones en la realidad nacional de estos dos países), son incorporados de manera fortuita a un sistema hipotecario de suburbio que dista mucho de su arraigo a la tierra, incluso a la familia. Familias que se rompen, incluso se enfrentan, cuando son puestas contra la espada y la pared. Estas gentes se convierten pues, en moneda de cambio para la implementación de macro planes que hablan de números y no de personas.


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Portadas de ambos libros en su edición española



En las Uvas de la Ira se narra cómo cientos de miles de agricultores son expulsados de sus tierras durante los años 30, tras el crack del 29 y las adversidades climatológicas del Dust Bowl. Estos campesinos y sus familias, se ven obligados a emigrar desde Oklahoma a California donde se anuncian grandes oportunidades laborales para la recolección de fruta principalmente, y en este caso de uvas. La novela alterna la historia de la familia Joad en su periplo desde Oklahoma hasta California en busca de trabajo, con episodios algo más abstractos que dibujan a la perfección el contexto en el que transcurre esta historia. En las Baladas del Ajo se describe una historia en la que el gobierno comunista ha animado a los granjeros a sembrar grandes campos de ajo. Estos obedecen y, tras un enorme esfuerzo en la cosecha y el pago de elevados impuestos, descubren que los almacenes estatales están repletos de ajos. Los campesinos del Condado Paraíso se hunden más en la miseria en la que vivían, se sublevan y son duramente reprimidos. En esta novela también aparecen escenas más abstractas de un carácter similar a las recreadas por Steinbeck.


Ambas novelas, además, hacen hincapié en los valores de fraternidad, cooperación, camaradería de estos campesinos frente a la avaricia de los que los someten. En este aspecto, podemos observar claramente la dicotomía entre lo rural y lo urbano que estudiará la sociología urbana y, concretamente la Escuela de Chicago, que nace en torno a esta época (años 20 y 30).



Imagen extraída de la versión cinematográfica de las Uvas de la Ira de John Ford



A pesar de que no sabemos qué futuro depara a los personajes principales de estas dos novelas tras la conclusión de estas (la familia Joad o la familia de Gao Yang), podemos tratar de imaginárnoslo. En el caso de Estados Unidos, aproximadamente medio millón de personas se trasladaron desde Oklahoma, Texas y Arkansas a California, si bien la mayoría eran campesinos, también había gente de las ciudades que se desplazaron debido a la crisis económica provocada por el crack del 29. Muchas de estas personas tuvieron que establecerse en campamentos a lo largo de carreteras. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, muchos se alistaron en el ejército y otros encontraron trabajo en factorías. En el caso de China, el gran esfuerzo del gobierno por establecer zonas de desarrollo económico del país, centrando los esfuerzos económicos en las grandes ciudades y sus periferias, forzará a muchos campesinos a acudir a la gran ciudad en busca de nuevas oportunidades.


La clara consecuencia que se desprende de estos dos fenómenos es un dramático éxodo rural. Si observamos estos dos gráficos, es interesante comprobar el crecimiento de la población urbana que se experimenta a partir de la fecha de publicación de ambos libros (línea roja discontinua).


Gráfica migración urbana EEUU: US Census Bureau - Gráfica migración urbana China: IMF 2010



Este flujo de inmigrantes a las grandes ciudades dará lugar a la confrontación de clases sociales teniendo como resultado la marginación. Los Okies (desplazados de Oklahoma), han sido denominados despectivamente así hasta bien entrados los años 70. En California especialmente, durante los años 30, la policía establecía fuertes fronteras para evitar la llegada de inmigrantes a las grandes ciudades y estos se veían forzados a acampar en zonas controladas. El caso de China es similar, pues existe un sistema basado en el Hukou, por el que los inmigrantes a las grandes ciudades no gozan de los derechos que tienen los "ciudadanos legítimos" de estas ciudades. Este sistema, que se creó en la época de Mao Zedong para controlar el flujo rural a las ciudades, choca hoy, con una migración a las grandes ciudades sin precedentes iniciada con la política de puertas abiertas en el año 1978.


Una de las consecuencias de esta migración y del resurgir de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial es la cultura suburbana de California. En sus múltiples libros y conferencias, David Harvey nos habla de cómo las crisis económicas se han resuelto a lo largo de la historia a través de procesos de urbanización, poniendo como ejemplo Estados Unidos en la posguerra 50´s y 60´s, con la proliferación, explosión de los suburbios en este estado.


El resultado es una ciudad que no es para los ciudadanos. Ya en los años 60 Jane Jacobs en The Death and Life of Great American Cities hizo referencia a este tipo de urbanismo que rechaza a la ciudad, mediante fragmentación, separación de usos, la destrucción de comunidades y la creación de espacios urbanos antinaturales, abogando por un urbanismo más orgánico e integrador.



Levittown, principios de los 50 via Flickr user markgregory



David Harvey también habla de este fenómeno en China a partir de la crisis económica del 2007, absorbiendo los puestos de trabajo perdidos por la falta de exportaciones en el sector de la construcción.



Desarrollos residenciales. Afueras deTangu (China)



Youqin Huang en su paper Urban Development in Contemporary China nos habla de la evolución urbana del país en relación a sus políticas desde 1949 a la actualidad. Tanto si los intentos por parte del gobierno comunista de Mao por mantener un país igualitario alejado de los principios del capitalismo (que serían apreciados por Lefebvre en La Production de l´Espace) fueron acertados o no, los campesinos fueron siempre los que pagaron las consecuencias de estas políticas cuando estas fallaban. Entre el 49 y los años 70, hubo grandes movimientos migratorios del campo a la ciudad y viceversa en intentos más o menos acertados por mantener la ideología Socialista en un Sistema Urbano equilibrado.



Marcha de la Guardia Roja 1966 Pekín (China)



A partir de 1978, sin embargo, comienza una era reformista en la que se sustituye la idea de igualdad social y espacial por la de crecimiento económico. Como consecuencia, en los años 80, en el que transcurre las Baladas del Ajo, millones de personas abandonarán la agricultura para trasladarse a pequeñas, medianas y grandes ciudades en busca de nuevas oportunidades.

Areas marginales en el centro de Pekín (China)


En los últimos momentos de las Uvas de la Ira, la familia se encuentra encerrada en un complejo en el que trabajan, viven y consumen en un marco de monopolio a precios desproporcionados, y del que, afortunadamente consiguen escapar. Este tipo de complejo puede ser una especie de precedente de los Gated Communities que actualmente en California suman un 40% de las nuevas viviendas construídas. Así como en China, donde los danwei comunistas están dando lugar a unos sistemas urbanos basados en grandes condominios de altas torres rodeadas por un muro.


Probablemente el complejo en el que estuvieron recluídos los Joad no ofrecía una visión tan paradisíaca como la que ofrecen estos anuncios de Gated Communities en EEUU o China.

Anuncio publicitario Gated Communities EEUU - Anuncio publicitario condominio en China

Un último factor que me gustaría mencionar en estos dos casos es la importancia del coche. Las Uvas de la Ira transcurre en su mayoría sobre un coche que traslada a los Joad desde Ocklahoma a California, el coche es su casa, su medio de transporte y es un gasto en el que invierten todos sus ahorros. La presencia del coche, de los aparcamientos&campamentos, está muy relacionada con los suburbios americanos, diseñados por y para el coche. Urbanización e industria automovilística siempre han ido de la mano.



Familias abandonando sus casas durante el Dust Bowl via Pinterest



El fenómeno del automóvil en el caso de China, si bien ha llegado más tarde, también ha tenido un impacto sin precedentes en las ciudades y en su diseño.



Gráfica del incremento de coches en propiedad en China. BCA Research 2011

 
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